"Me quedé boquiabierto. ¿Qué era ese lugar? ¿Y cómo nadie hasta ahora había sospechado jamás su existencia? Quizá, despues de todo, se trataba solo de una pequeña localidad aislada que había escapado de toda investigación precisamente por su inaccesibilidad". Así fue como, Hiram Bingham, descubrió el 24 de julio de 1911 la ciudad inca de Machu Picchu.
"De repente me encontré frente a un espectáculo inesperado: muros de casas en ruinas construidas en el mejor estilo inca. Era difícil identificarlas, porque estaban en parte cubiertas por árboles y musgos... Pero en la densa sombra, oculta entre las lianas enredadas, se vislumbraban por doquier blancos muros de granito meticulosamente tallados y exquisitamente encajados". La siguiente imagen muestra como Bingham vio y encontró por primera vez el lugar.
El arqueológo estadounidense descubrió un lugar imposible de hallar en los Alpes peruanos. Pensó en primera instancia que se encontraba con la Vilcabamba del rey inca Manco Inca Yupanqui. Luego se demostraría que no. El abundante material excavado y prospectado por Bingham fue sometido a un riguroso estudio en el 2001 por Richard L. Burger y Lucy C. Salazar. Se pudo saber que el lugar inca tenía una localización espacial cercana al 1450 hasta la derrota inca de mano de los españoles.
La historia de la América "precolombina", dotando al término un significado eurocentrista, era mucho más inmensa y universal que el horizonte cultural que los españoles observaron al llegar a tierras de ultramar. Un largo y complicado proceso heterogéneo que había transformado, evolucionado y madurado a las culturas andinas.
Los incas aparecieron en el panorama andino en torno al siglo XII d.c., creando lo que ellos llamaron el Tahuantinsuyo. Ésto era una especie de "macroestado", valga el anacronismo, que mediante conquistas militares, había unido en una misma cultura los actuales estados de Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina y Perú. La capital radicaba en Cuzco, que recibía los tributos de los territorios dependientes. El Tahuantinsuyo formó un inmenso Imperio que podríamos paralelizar al Romano en nuestra civilización. Un Imperio que desarrolló una red viaria excepcional entre todos los territorios y una estructura social jerarquizada y piramidal que aseguraba su supervivencia, pero que también supuso su handicap en la conquista española.
Machu Picchu fue el centro principal de la cultura incaica. Desde el punto de vista geográfico, se sitúa a 100 kilómetros de distancia de Cuzco, la capital; a 2438 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Urubamba, Perú. El asentamiento aparece encajado con enorme destreza en un limitadísimo espacio entre dos puntiagudas cimas: el Machu Picchu y el Huayna Picchu, que dominan la garganta del río Urubamba.
El asentamiento debió presentar una población cercana a los 3000 habitantes, con cerca de 200 estructuras articuladas en un paisaje aterrazado y delimitado por muros, caminos y patios. El espacio queda dividido en sectores bien diferenciados. La zona meridional acogía el sector agrícola (derecha) constituido por numerosas terrazas que servían para la agricultura. En el sector sudeste se hallan las áreas residenciales, de hábitat humano. La zona monumental está al norte del complejo, en el Sector Urbano. En este Sector aparece el Templo del Sol (abajo izquierda), que presenta forma de herradura sobre un montículo rocoso esculpido con forma de altar. Al noroeste del Templo del Sol, aparece la Plaza Sagrada con el Templo de las Tres Ventanas, el Templo Principal (abajo derecha) y el Templo de los Sacerdotes.
Los incas aparecieron en el panorama andino en torno al siglo XII d.c., creando lo que ellos llamaron el Tahuantinsuyo. Ésto era una especie de "macroestado", valga el anacronismo, que mediante conquistas militares, había unido en una misma cultura los actuales estados de Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina y Perú. La capital radicaba en Cuzco, que recibía los tributos de los territorios dependientes. El Tahuantinsuyo formó un inmenso Imperio que podríamos paralelizar al Romano en nuestra civilización. Un Imperio que desarrolló una red viaria excepcional entre todos los territorios y una estructura social jerarquizada y piramidal que aseguraba su supervivencia, pero que también supuso su handicap en la conquista española.
Machu Picchu fue el centro principal de la cultura incaica. Desde el punto de vista geográfico, se sitúa a 100 kilómetros de distancia de Cuzco, la capital; a 2438 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Urubamba, Perú. El asentamiento aparece encajado con enorme destreza en un limitadísimo espacio entre dos puntiagudas cimas: el Machu Picchu y el Huayna Picchu, que dominan la garganta del río Urubamba.
El asentamiento debió presentar una población cercana a los 3000 habitantes, con cerca de 200 estructuras articuladas en un paisaje aterrazado y delimitado por muros, caminos y patios. El espacio queda dividido en sectores bien diferenciados. La zona meridional acogía el sector agrícola (derecha) constituido por numerosas terrazas que servían para la agricultura. En el sector sudeste se hallan las áreas residenciales, de hábitat humano. La zona monumental está al norte del complejo, en el Sector Urbano. En este Sector aparece el Templo del Sol (abajo izquierda), que presenta forma de herradura sobre un montículo rocoso esculpido con forma de altar. Al noroeste del Templo del Sol, aparece la Plaza Sagrada con el Templo de las Tres Ventanas, el Templo Principal (abajo derecha) y el Templo de los Sacerdotes.
Al norte se levanta una pirámide llamada Intihuatana (derecha), que pudo ser una estela solar con forma de prisma que tuviese algún significado astronómico, o un culto solar. Otros complejos destacados son el Grupo de las Cárceles, con dos rocas enormes hincadas en vertical en el suelo; el Grupo de los Morteros, con dos afloramientos rocosos con forma de copa que pudieron servir con agua para estudiar los movimientos de los astros; y el Grupo de las Tres Puertas, tres edificaciones idénticas que dan a la Plaza Principal. Respectivamente, de izquierda a derecha, aparecen los tres grupos citados anteriormente.
Como conclusión, podríamos decir que Machu Picchu es uno de los yacimientos de la arqueología más importantes e impactantes del siglo XX; que fue un centro cívico, religioso y ceremonial; y que como consecuencia de la temida sobreexplotación turística del yacimiento, ha sido sometidao a debates y polémicas que se inclinan en que el turismo masivo y descontrolado podría acelerar su desequilibrio geológico y ecológico de manera desastrosa.
"El pasado debe difundirse,... y conocerse; pero sólo la responsabilidad y actitud crítica hacia ese pasado conseguirá mantenerlo en pie"
Como conclusión, podríamos decir que Machu Picchu es uno de los yacimientos de la arqueología más importantes e impactantes del siglo XX; que fue un centro cívico, religioso y ceremonial; y que como consecuencia de la temida sobreexplotación turística del yacimiento, ha sido sometidao a debates y polémicas que se inclinan en que el turismo masivo y descontrolado podría acelerar su desequilibrio geológico y ecológico de manera desastrosa.
"El pasado debe difundirse,... y conocerse; pero sólo la responsabilidad y actitud crítica hacia ese pasado conseguirá mantenerlo en pie"
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