Muy pocas veces nos planteamos la importancia que este título puede tener en nuestras consideraciones históricas acerca de hechos tan "creíbles" como que nosotros somos seres humanos y nos interrelacionamos con el medio. En raras ocasiones preguntamos al escritor de algún artículo de opinión de dónde ha obtenido su información, si ha sido contrastada o no, o cuál ha sido su fuente; y mucho menos podemos pararnos a pensar en el heho de que los medios de información, ya sea la televisión, la radio o internet, puedan mentir, falsificar o incluso interpretar la información. La mentira o la falsificación de la información es un suceso que ha ocurrido a lo largo de toda la Historia de la Humanidad.
Pero, ¿puede interpretarse la información? ¿podemos interpretar la historia? ¿Acaso la historia no es la misma para todos? Pues no, realmente, no. La Historia es una disciplina que debe interpretarse desde todos los puntos de vista que podamos encontrar. Valorar los acontecimientos históricos como sucesos relacionados con los agentes sociales de una época determinada es hacer historia en todas sus consecuencias. Hacer historia es tratar de reconstruir nuestro pasado desde todo tipo de órbitas, pero simpre reales. Reales a la sociedad que vivió los acontecimientos, y reales a las personas que tratan de conocerlos y estudiarlos en la actualidad.
La Guerra Civil Española puede ser uno de los acontecimientos de nuestra propia historia que más susceptibilidades e inquietudes haya desatado en las mentes de historiadores, académicos, investigadores y amantes de la historia. ¿Acaso es la Historia más cercana a nosotros, aquella en la que se alteran nuestras sensibilidades, aquella en la que gozamos de fuentes orales, aquella que cada año tiene una fecha señalada, la que decidimos interpretar? ¿O en verdad eso no tiene nada que ver?
Considero imprescindible la interpretación de los hechos. Pero una cosa es interpretar los hechos, y otra cosa es transformarlos. Conozcamos los hechos, hagamos análisis de ellos e interpretemos su significado, su trascendencia, su valor. Pero nunca neguemos una evidencia. La Historia se entiende desde las sensaciones de los coetáneos, de la gente que la vivió; nunca desde nuestras perspectivas y espectativas. No hagamos que la Historia sea como hubiesemos querido que fuera, hagamos que la Historia sea como realmente fue.
"Cuando los acontecimientos vividos por el individuo o por el grupo son de naturaleza excepcional o trágica, el derecho (a la memoria) se convierte en un deber: el de acordarse, el de testimoniar." Tzvetan Todorov. Los abusos de la memoria.
Pero, ¿puede interpretarse la información? ¿podemos interpretar la historia? ¿Acaso la historia no es la misma para todos? Pues no, realmente, no. La Historia es una disciplina que debe interpretarse desde todos los puntos de vista que podamos encontrar. Valorar los acontecimientos históricos como sucesos relacionados con los agentes sociales de una época determinada es hacer historia en todas sus consecuencias. Hacer historia es tratar de reconstruir nuestro pasado desde todo tipo de órbitas, pero simpre reales. Reales a la sociedad que vivió los acontecimientos, y reales a las personas que tratan de conocerlos y estudiarlos en la actualidad.
La Guerra Civil Española puede ser uno de los acontecimientos de nuestra propia historia que más susceptibilidades e inquietudes haya desatado en las mentes de historiadores, académicos, investigadores y amantes de la historia. ¿Acaso es la Historia más cercana a nosotros, aquella en la que se alteran nuestras sensibilidades, aquella en la que gozamos de fuentes orales, aquella que cada año tiene una fecha señalada, la que decidimos interpretar? ¿O en verdad eso no tiene nada que ver?
Considero imprescindible la interpretación de los hechos. Pero una cosa es interpretar los hechos, y otra cosa es transformarlos. Conozcamos los hechos, hagamos análisis de ellos e interpretemos su significado, su trascendencia, su valor. Pero nunca neguemos una evidencia. La Historia se entiende desde las sensaciones de los coetáneos, de la gente que la vivió; nunca desde nuestras perspectivas y espectativas. No hagamos que la Historia sea como hubiesemos querido que fuera, hagamos que la Historia sea como realmente fue.
"Cuando los acontecimientos vividos por el individuo o por el grupo son de naturaleza excepcional o trágica, el derecho (a la memoria) se convierte en un deber: el de acordarse, el de testimoniar." Tzvetan Todorov. Los abusos de la memoria.
"No hagamos que la Historia sea como hubiésemos querido que fuera, hagamos que la Historia sea como realmente fue."
ResponderEliminar¡Olé! Ojalá todo el mundo entendiera la Historia así, como algo que hay que estudiar desde todos los puntos de vista posibles y no sólo desde los que nos interesa.