Es dífícil establecer, en la medida de lo posible, una diferencia entre el matrimonio y el no matrimonio en el mundo griego antiguo. Y es que el matrimonio griego no era un sacramento como lo vemos nosotros hoy en día, sino que simplemente era un ritual que hacía cambiar de condición tanto al hombre como a la mujer. La condición, en este caso, era mucho mayor en el caso de la mujer, pues ésta dejaba de estar adherida a la casa de su padre para estar unida al oikos de su marido.