Parecía un día normal, pero pronto iba a dejar de parecerlo. Salía yo de mi casa pronto, más bien prontísimo. Cerca de las 7.30 de la mañana. Y sí. Es lo que parece. Estáis en lo cierto. Soy de esas personas a las que no les gusta madrugar. Me dirigí entonces al colegio, a cumplir con mi destacado trabajo. El día estaba nublado, y las nubes no dejaban de entaponar el bello azul del cielo.
Tras mi primera hora de trabajo, me marché a la biblioteca de la Plaza de la Virgen de Valencia. Una hermosa biblioteca dotada de una enorme y clásica estantería de madera dotada de cientos de libros. El techo estaba decorado con un fresco gigantesco que venía a hablar de la gloria valenciana. La gloria pasada, claro. En la que vivíamos con menos, seguro; pero con personas más honorables y justas que las de ahora. Y es que antes no había tanto para meter la mano. Quina honorabilitat tenen els nostres representants hui en dia, veritat? Y seguimos igual. Aquel día no me tocaba seguir estudiando inglés. Y es que el día anterior había hecho mi primer examen oficial de la escuela de idiomas de inglés. Y sí. Había sido una auténtica mierda. Un desastre vamos. Peor que las aventuras de Mr Bean....