jueves, 10 de febrero de 2011

Historias Vividas

   Hoy ha sido un día diferente. Diferente porque la noticia que he recibido es un tanto difícil de asimilar, más bien imposible. Son de aquellos días que te planteas, como persona, ¿porque demonios he de pagar yo los errores de los demás? Perdón. Rectifico. No los errores. Mejor dicho, las putadas y orgullosas jugadas de "ciudadanos" que deberían ser ostraciados ellos y tres generacionas más de su familia. Deberían librarnos de su estupidez y dejarnos al resto de personas tener lo único que deseamos. Bueno... por lo que veo... realmente ha sido como cualquier otro día, o eso creo. Uno de esos días que miras a la gente que ves por la calle a las 7:30 de la mañana y te planteas preguntas estúpidas: ¿Qué comerá?, ¿estará casada?, ¿tendrá hijos?, ¿tendrá trabajo?, ... Lo hacemos de forma inconsciente, innata,... Innata a nosotros mismos. Innata a nuestra especie, y al ser humano de nuestro tiempo... y espacio. Y es que no podemos ser como nuestros padres y abuelos, por mucho que lo llevemos en la sangre y en la genética. "Somos hombres de nuestro tiempo".



    Me cuesta asimilar y creer en el ser humano. Y me cuesta creer en él porque a lo largo de la Historia ha sido capaz de demostrar más cosas malas que buenas. No tengo prejuicios, ni considero que el ser humano sea malo por naturaleza. Para Hobbes y Sigmund Freud, el ser humano solo puede ser civilizado por una mano opresora como la sociedad, el estado, o el sistema en que vive y se desarrolla. El problema viene, como todos sabemos, cuando esa mano opresora se salta a la ligera el control de determinados grupos sociales. Grupos en teoría iguales a nosotros, pero que en la práctica muestran sus debilidades en torno a un elemento único: la riqueza. ¿En hacerse ricos? Ojalá consistiera solo en eso. Pero es que además de hacerse ricos, debemos pagar nosotros por sus pretensiones acomodaticias y su egoísmo banal.

   Tengo 25 años. Y nunca he lamentado tanto no haber podido disfrutar antes del libro que hoy tengo en las manos. No lo considero, en sí mismo, un libro. ¿En realidad? Creo que es la guía que todo ser humano debe seguir como camino en su vida. Creo que solo así podría ahondarse en el ser humano esa pretensión de control y dominio que siempre le arrastra a lo más profundo del abismo. Empieza así:

   "Cuando yo tenía seis años, vi una vez una magnífica lámina en un libro sobre la Selva Virgen, que se titulaba Historias Vividas. Representaba una serpiente boa tragándose una fiera..."

   Sin duda, este libro me ha hecho entender y merecer los hechos de otra manera. Como una forma de avanzar, y la manera adecuada de elegir el camino. En todo caso, nosotros disfrutamos de lo que tenemos porque a lo largo de la evolución nuestra especie supo, y pudo, adaptarse al cambio. Adaptarse a las exigencias y necesidades del mundo que iba creándose. Las exigencias y necesidades que creaba la naturaleza, pero que hoy en día creamos nosotros. Elegimos nosotros. Es imposible evitar la evolución, y el cambio. A pesar de que no queramos. A pesar de que prefiramos que las cosas sigan como son, sin variantes ni transformaciones; sin añadidos ni mordidos;... Solo lo que hemos vivido felizmente con nuestra familia, amigos y pareja. ¿Eso es lo fácil? Pue sí. Pero hoy creo que no. Hoy cambio de opinión. Hoy digo que es importante el cambio, y es vital nuestra transformación como personas en un entorno y como individuos dentro de nosotros mismos. Porque nosotros decidimos. Elegimos nuestro destino y el camino que queremos seguir: pareja, trabajo, lugar,... Pocas cosas nos vienen impuestas, en contra de lo que yo creía... Solo viene impuesto lo que nosotros queremos que sea así. De esa manera encontramos nuestra justificación a tapar y esconder nuestros retos y nuevos horizontes. Unos retos que a la larga se convierten en nuestros anhelos. Unos anhelos repletos de melancolía. Y una añoranza que, finalmente, se convierte en miedo. Miedo al fracaso. Miedo al intento. Y miedo a nosotros mismos. Miedo a conocernos, y a hablar con nosotros. Miedo a convertir ese reto en nuestra motivación, en el proyecto vital que creamos en nuestros corazones. Un proyecto que es la sangre que baña nuestras venas y nos hace pensar en que tenemos un sentido en nuestra vida, y queremos construir nuestra propia historia.
   Debemos aprender a ver como en un simple sombrero hay mucho más. Como de un sombrero podemos encontar una boa comiéndose un elefante. Aquel que es capaz de vislumbrar, o al menos entender que significa, es alguien que busca un propósito en la vida. 

   Puedo buscar culpables en la noticia que he recibido hoy. Pero para mí, no importan los culpables. Solo importo yo. Importa lo que haga en mi vida, e importa lo que espero yo de mi vida. La motivación es lo único que me queda. Debe ser la fuente que me de el agua para sobrevivir, y la fuente que me haga cumplir mis sueños. Esto es El Principito. Si olvidamos nuestros orígenes, olvídamos nuestra esencia. Olvídamos que debemos luchar por nuestro sueños...

   ¿La motivación? Imprescindible en nuestras vidas. Gracias a ella podemos ser felices, a pesar de que existan personas que ensucien la honradez y el orgullo que muchos seres humanos poseemos...

   Hacer de mi noticia la vuestra. Hacer de mi problema el vuestro. Creo que así, entenderemos al menos, que la motivación y el reto nos hace mejores. Mejores personas. Mejores humanos. Y mejores con nosotros mismos, que es al final lo que importa... ¿no?





1 comentario:

  1. ...no me lo puedo creer...llevo media hora escribiendo y reflexionando tu Historia y se me ha ido al garete por un error... cachis¡¡¡ pero no desistiré...
    Esas noticias, otras peores y otras mejores...van a lo largo de nuestra vida, todas nos hacen crecer, adaptarnos, evolucionar...gastar energía buscando "cabezas" no es solución. Tenemos que seguir luchando, seguir motivados y seguir creciendo... creciendo como persona, para uno mismo... por que al final lo que importa es uno mismo, por que cuando nos sentimos bien podemos hacer el bien, si eres feliz puedes dar felicidad...
    Creer en el humano como colectivo? No creo... pero si creo en la Persona, todavía hay buenas personas.
    Comunicar bien y compartir son tareas que debería tener muy en cuenta el humano, evitaría muchos desastres...
    Los malos nunca nos quitarán, las ganas de vivir, nuestras ilusiones, nuestros sueños e imaginación...
    :-) Esto podría ser: puntos, guión, corchete, pero es.... "una sonrisa", es mejor verlo así... no te parece?

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