No hay mayor sentido en la vida, que el sentido mismo de la vida. ¿Y cuál es ese sentido, ese hálito necesario de la vida de todos y cada uno de nosotros?. Lógicamente, la libertad. La libertad de aprender. La libertad de entender. La libertad de ser.

Y no hablo en pasado, exclusivamente. Aquellos que piensen que eso de la injusticia civil, la falta de democracia y de libertades individuales, o la esclavitud personal son cosas del pasado; están muy equivocados.
République française! Liberté, Égalité, Fraternité !' Esto gritaban hace dos cientos y pico años muchos franceses "revolucionarios" (y lo entrecomillo para evitar herir susceptibilidades) que intentaban acabar con siglos y siglos de esclavitud y de decadencias humanas. Una decadencia que estribaba en la falta de libertades individuales y de derechos propios. Por que para que lo entendamos, si hoy nos dicen a uno de nosotros que mañana no podemos salir a la calle en todo el día porque un tal Timoteo viaja a la ciudad y son necesarias unas medidas de seguridad extremas, ¿la verdad? No quiero pensarla. ¡Y solo te privan el no salir a la calle!. Pero, ¿acaso radica realmente en el hecho de no poder salir a la vía pública? ¿Acaso no vendrá dado realmente en la situación de la misma prohibición? Por que, a fin de cuentas, a nadie le gusta que le prohíban cosas.
La Revolución Francesa, la Primavera de los Pueblos, o nuestro Uno de Mayo; son simplemente algunos acontecimientos que narran la vida del ser humano. Una vida de continuas luchas y enfrentamientos en busca de la libertad del ser humano y el patriotismo de nuestra propia persona, y si se quiere, también de nuestra propia patria. De defender lo nuestro, y de defender a los nuestros. De proteger lo que tantos años ha costado construir, y crear. Crear vidas cercanas a la supervivencia del ser humano, y alcanzar, en cierto modo, una posible y tímida felicidad.
Hosni Mubarak, 1981. Muanmar al-Gadafi, 1969. Abdelaziz Buteflika, 1999. Ali Abdullah Saleh, 1990. Estos son solo algunos de los ejemplos de la perpetuidad en los cargos. Un anquilosamiento que destroza y acaba con la vida de cualquier ciudadano. Túnez, Egipto, Jordania, Argelia, Irán, Irak, Libia y Marruecos son solo algunos de los ejemplos que mejor representan la falta de libertad y la presencia de esclavitud. Por que la gente no es estúpida. No es una masa de ganado a la que se puede engañar y engatusar constantemente con mentiras y depravaciones que rozan de lo anormal. El ciudadano se cansa, y el colectivo más. Siempre pensamos que la violencia no es el medio más adecuado de conseguir un propósito. Y lo sigo pensando. Pero cuando uno pone la mejilla, vale. Cuando pone la otra mejilla, vale. Pero cuando se trata de poner la mejilla de todos nuestros familiares y amigos, es cuando realmente se desata la ira y la violencia alterada. Es cuando ese Gandhi que hay en nosotros se esfuma como la niebla. Es cuando millones y millones de ser humanos se unen por una causa común. Es cuando la lucha por la libertad y el respeto a cada uno de nosotros, se convierte en el común denominador de todas las personas. Es en ese momento, cuando el ser humano vale la pena. Cuando lucha por su ideario, y por el de los demás.
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