“¿Qué factores han sido los que han hecho que los pueblos colonizados hayan tomado conciencia de su propia identidad?
Hay diversos factores…las dos grandes guerras… en las cuales los blancos se destruyeron. La congénita atrocidad de la guerra y los medios de propaganda utilizados son fenómenos que contribuyeron a desvelar las conciencias de los pueblos dominados. Pudimos comprobar que ellos [colonizadores] no eran inmortales, que tenían sus debilidades, que no eran dioses, pues recíprocamente se resaltaban sus propios defectos como parte de la propaganda belicista.
Este fue un primer factor esencial. El segundo, los vicios de la explotación colonialista, es decir, la explotación económica, la destrucción de las civilizaciones autóctonas, el desprecio a todo lo indígena y, sobre todo, el hecho de que los colonizadores no ponían en práctica las virtudes que enseñaban y predicaban…
…Así llegamos a tener conciencia de la absoluta necesidad de recuperar nuestra identidad original, nuestra civilización original, y con todo esto la recuperación de nuestra dignidad.”
Entrevista a Leopoldo Sédar Senghor, presidente de Senegal.
La Asamblea General, teniendo presente que los pueblos del mundo han proclamado en la Carta de las Naciones Unidas que están resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre […].
Declara que:
1. La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una negación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas […].
2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.
3. La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no deberá servir nunca de pretexto para retrasar la independencia.
4. A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacíficamente y libremente su derecho a la independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda medida represiva de cualquier índole dirigida contra ellos, y deberá respetarse la integridad de su territorio nacional. […]
6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
Nueva York, 14 de diciembre de 1960 Resolución de la ONU sobre la otorgación de la independencia a los pueblos colonizados.
“La pobreza no es una vergüenza, pero sí la explotación de los pueblos…y que este canal es propiedad de Egipto. La Compañía es una sociedad anónima egipcia y el canal fue construido por 120.000 egipcios… La Sociedad del Canal de Suez en París es una pantalla que esconde una gran explotación…y esta es la razón por la que hoy firmó el acuerdo del gobierno sobre la nacionalización de la Compañía del Canal… En Egipto solo existirá la soberanía del pueblo egipcio, un solo pueblo…”
Discurso de G. A. Nasser el 26 de julio de 1956.
“El empuje demográfico, en un país esencialmente agrario, de suelo pobre y clima ingrato, tiene por resultado el subempleo crónico, la huida de los campos hacia los barrios de chabolas de las ciudades, la miseria y la desesperación de una masa creciente de individuos y familias. Mientras que su proletariado crece y se enfurece cada día más, una pequeña burguesía musulmana, instruida por nosotros, busca vanamente una salida no solamente económica, sino sobre todo administrativa y política. Pero ella no la encuentra. La proporción de musulmanes en la administración es ínfima; todas las reformas […] hasta el estatuto de Argelia en 1947 han sido sistemáticamente saboteadas. Es preciso tener coraje y reconocer que la mayor parte de nuestras promesas no han sido cumplidas […]. De ello surge un doble descontento: el malestar social de la masa y el malestar político de la élite. Juntándose, estos dos malestares constituyen una fuerza explosiva enorme.”
JACQUES SOUSTELLE, informe al gobierno francés de Edgar Faure, de 1 de junio de 1955.
“La Conferencia afroasiática ha adoptado, por unanimidad en su sesión final, el texto de un comunicado en el que, después de denunciar el «colonialismo», así como el «sojuzgamiento, dominio y explotación» –lo que para las delegaciones anticomunistas quiere decir «colonialismo comunista»–se denuncia la segregación y discriminación raciales y se insta a Francia a conceder la independencia de sus territorios norteafricanos, a los Países Bajos a que reanuden con Indonesia negociaciones acerca del futuro de la Nueva Guinea Occidental, que la Conferencia sostiene pertenecer a Indonesia, y a Gran Bretaña a que ceda a las pretensiones del Yemen sobre Adén. En cuanto a Palestina, pide se pongan en vigor las resoluciones de las Naciones Unidas al respecto. […]
La Conferencia afroasiática –dice el comunicado– declara su pleno apoyo a los principios fundamentales de los derechos humanos tal como los especifica la Carta de las Naciones Unidas, y toma nota de la Declaración Universal de Derechos Humanos como patrón común de consecución para todos los pueblos y naciones: la Conferencia apoya plenamente el principio de autodeterminación de los pueblos y naciones, en la forma que fija la Carta de las Naciones Unidas, y toma nota de la resolución de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos y naciones a la autodeterminación y al pleno disfrute de todos los derechos humanos fundamentales.”
Diario Pueblo, Madrid, 25 de abril de 1955.
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